La
política educativa trata de hacer una política conjunta, donde no se vea sólo
la solución de los problemas con relación a la escuela, sino que se invierta
también en otras políticas económicas, sociales, culturales, de ocio, etc., que
engloben toda la acción educativa de una forma coordinada y con sentido. Para
ello hay que trabajar también fuera de las escuelas, en la calle, en las
televisiones y medios de comunicación públicos, en el ambiente cultural del
país. La falta de relación y de actuación coordinada en la política pública entre
estos entornos es la clave.
La
regulación de la educación compensatoria en España surge en el entorno de una
profunda reforma del sistema educativo, inspirada en los principios y
regulación constitucional del derecho a la educación. Derecho subjetivo y
fundamental al que "todos tienen derecho", nacionales y extranjeros
residentes.
Es
imprescindible desarrollar políticas públicas de educación compensatoria para
hacer efectivo el principio de igualdad de oportunidades en educación. Sin
estas atenciones la desigualdad ante la educación, motivada por la capacidad
económica, nivel social, lugar de residencia u otras causas, agrandará sus
distancias.
En
las políticas de igualdad de oportunidades según el rango legal en la LODE,
LOGSE y LOPEG, podemos distinguir en primer lugar, las políticas dirigidas a la equidad que son de las que cualquier ciudadano
puede ser beneficiario, y pueden ser universalistas o selectivas. En segundo
lugar, las políticas de carácter
compensatorio de apoyo a la población más desfavorecida, las cuales se
dirigen a grupos identificados como socialmente desaventajados.
El
anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) es
una propuesta de reforma de La Ley Orgánica de Educación (LOE), la cual impone
un cambio del modelo social de educación personalizado e inclusivo, para todo
el alumnado en igualdad de condiciones, promoviendo la excelencia, la exclusión
y la segregación. Para ello utilizan los recortes que significan menos
oportunidades para los que tienen más dificultades y la creación de itinerarios
para segregar.
Se
promueve una cultura escolar que responde a los intereses del mercado
suprimiendo asignaturas y materias básicas para la formación integral de las
personas y distinguiendo la educación entre la vía académica de la aplicada, lo
que nos devuelve a la formación profesional devaluada, subordinándolos a los de
la vía profesional. Hay un retorno a la pedagogía tradicional con evaluaciones
externas que marcan lo que hay que enseñar y un aumento del porcentaje de
contenidos impuestos y la ausencia de políticas de formación del profesorado.
No sirven las buenas prácticas y experiencias innovadoras de otras países en lo
que hace referencia a la autonomía pedagógica y flexibilización del currículum.
Además
la elección de los centros, mediada por los ranking establecidos por las
evaluaciones externas y las posibilidades de especialización significará una
competencia entre los centros y la creación de centros de distintas categorías,
cuando cabe esperar en buena lógica la cooperación entre ellos.
Debe
defenderse una educación laica que promueva la libertad de conciencia y elimine
del currículum toda doctrina que limite el desarrollo de la autonomía y forme a
ciudadanos y ciudadanas con la capacidad de elegir.
La futura LOMCE será
una ley atrasada que ahondará en el fracaso escolar. Favorece la enseñanza
privada, blinda los conciertos y equipara la libertad de elección a la libertad
de selección y da cobertura legal a los centros que discriminan al alumnado por
razón del sexo. Expulsa a las familias de la organización escolar, relegándolas
a simples espectadores. Se produce una quiebra del sistema educativo desde la
perspectiva territorial. Convierte el derecho a la educación en un beneficio,
que se puede tener o no. La LOMCE tiene elementos inconstitucionales e incumple
leyes como la de Igualdad.
La LOMCE es un
proyecto contrario a una sociedad en la que se profundice el sentido de la
democracia, pensada más para la desorganización social, que entiende la
educación como un camino hacia la exclusión. Con la LOMCE la educación deja de
ser un factor de movilidad social y de progreso.
En definitiva,
podemos decir que la educación debe ser un instrumento de cohesión social y de
progreso, y es a través de la escuela pública que los individuos aprenderán
conocimientos, hábitos y valores que le permitan acceder a una educación
integral que les capacite como ciudadanos y les garantice la formación adecuada
para su futuro.