sábado, 11 de mayo de 2013

Política Educativa


La política educativa trata de hacer una política conjunta, donde no se vea sólo la solución de los problemas con relación a la escuela, sino que se invierta también en otras políticas económicas, sociales, culturales, de ocio, etc., que engloben toda la acción educativa de una forma coordinada y con sentido. Para ello hay que trabajar también fuera de las escuelas, en la calle, en las televisiones y medios de comunicación públicos, en el ambiente cultural del país. La falta de relación y de actuación coordinada en la política pública entre estos entornos es la clave.
La regulación de la educación compensatoria en España surge en el entorno de una profunda reforma del sistema educativo, inspirada en los principios y regulación constitucional del derecho a la educación. Derecho subjetivo y fundamental al que "todos tienen derecho", nacionales y extranjeros residentes.
Es imprescindible desarrollar políticas públicas de educación compensatoria para hacer efectivo el principio de igualdad de oportunidades en educación. Sin estas atenciones la desigualdad ante la educación, motivada por la capacidad económica, nivel social, lugar de residencia u otras causas, agrandará sus distancias.
En las políticas de igualdad de oportunidades según el rango legal en la LODE, LOGSE y LOPEG, podemos distinguir en primer lugar, las políticas dirigidas a la equidad que son de las que cualquier ciudadano puede ser beneficiario, y pueden ser universalistas o selectivas. En segundo lugar, las políticas de carácter compensatorio de apoyo a la población más desfavorecida, las cuales se dirigen a grupos identificados como socialmente desaventajados.
El anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) es una propuesta de reforma de La Ley Orgánica de Educación (LOE), la cual impone un cambio del modelo social de educación personalizado e inclusivo, para todo el alumnado en igualdad de condiciones, promoviendo la excelencia, la exclusión y la segregación. Para ello utilizan los recortes que significan menos oportunidades para los que tienen más dificultades y la creación de itinerarios para segregar.
 
 
Se promueve una cultura escolar que responde a los intereses del mercado suprimiendo asignaturas y materias básicas para la formación integral de las personas y distinguiendo la educación entre la vía académica de la aplicada, lo que nos devuelve a la formación profesional devaluada, subordinándolos a los de la vía profesional. Hay un retorno a la pedagogía tradicional con evaluaciones externas que marcan lo que hay que enseñar y un aumento del porcentaje de contenidos impuestos y la ausencia de políticas de formación del profesorado. No sirven las buenas prácticas y experiencias innovadoras de otras países en lo que hace referencia a la autonomía pedagógica y flexibilización del currículum.
Además la elección de los centros, mediada por los ranking establecidos por las evaluaciones externas y las posibilidades de especialización significará una competencia entre los centros y la creación de centros de distintas categorías, cuando cabe esperar en buena lógica la cooperación entre ellos.
Debe defenderse una educación laica que promueva la libertad de conciencia y elimine del currículum toda doctrina que limite el desarrollo de la autonomía y forme a ciudadanos y ciudadanas con la capacidad de elegir.
La futura LOMCE será una ley atrasada que ahondará en el fracaso escolar. Favorece la enseñanza privada, blinda los conciertos y equipara la libertad de elección a la libertad de selección y da cobertura legal a los centros que discriminan al alumnado por razón del sexo. Expulsa a las familias de la organización escolar, relegándolas a simples espectadores. Se produce una quiebra del sistema educativo desde la perspectiva territorial. Convierte el derecho a la educación en un beneficio, que se puede tener o no. La LOMCE tiene elementos inconstitucionales e incumple leyes como la de Igualdad.
La LOMCE es un proyecto contrario a una sociedad en la que se profundice el sentido de la democracia, pensada más para la desorganización social, que entiende la educación como un camino hacia la exclusión. Con la LOMCE la educación deja de ser un factor de movilidad social y de progreso.
En definitiva, podemos decir que la educación debe ser un instrumento de cohesión social y de progreso, y es a través de la escuela pública que los individuos aprenderán conocimientos, hábitos y valores que le permitan acceder a una educación integral que les capacite como ciudadanos y les garantice la formación adecuada para su futuro.
 

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